martes, 1 de abril de 2014

Que sería de nosotros sin los Malos?


Existe un viejo dicho que reza que la historia la escribe quien gana, pero sin duda también voto por ese que dice, que la escribe quien sobrevive. Y bien sea que hablemos de la historia del mundo, la de nuestro país, familia o nuestra; la verdad es que puede que solo baste alguien que esté dispuesto a escribirla. Es más cuando leo las cartas de amor entre mis abuelos, me digo que rico escribir y dejar una pequeña huella de lo que fueron tus momentos.

Pero estas líneas no honran hoy a los escritores, sino a esos personajes mencionados en las historias y que como buen cuento de Disney, esperamos ver “vencidos y desterrados”, personajes densos, negros, ocultos y repetidos en muchas historias y de las que muchas veces es preferible ni nombrar. Así que estás lineas son para El Malo de la Película.

Entrar en la densidad y en lo más bajo del ser humano, realmente es hablar de humanidad. Muchos se debaten de cuál es nuestra verdadera naturaleza, si es construir o destruir, hacer el bien o el mal, vivir o morir; y sin saber la respuesta definitiva, parte de mi sabe que somos todo eso y capaces de crear ambos extremos de luz y oscuridad.

Sin embargo es allí, en estos extremos oscuros, donde esta nuestra capacidad también de despertar, ver y elegir nuestra propia naturaleza, como polos listos para empujarnos a crecer. Sino, viajemos un rato en el tiempo: Como habría resucitado Jesús, si Judas (o algún otro valiente) no lo hubiera traicionado por unas monedas? Para que habría servido Gandhi sin los abusos de poder en su tierra? O que hubiera sido de un Mandela libre y violento, sin una cárcel y la soledad que lo llevo a reflexionar y elegir la libertad en paz?  

Sin un Hitler y el genocidio de millones de personas, no sabríamos de tanta gente compasiva que salvo a miles. Sin un Chávez en Venezuela no habríamos reconocido el peso de una masa ignorada y las ganas de unidad. Pero allí también reposa la sabia frase de que "Crecer duele" y reconocer que Gracias a esa oscuridad podemos crecer es un acto de profunda humildad y trabajo personal.

Que sería de nosotros sin los malos? A lo mejor fue el reconocimiento que enseñó en parábola el Maestro Jesús : “¿Qué pasará, según ustedes, si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se extravía?¿No dejara las noventa y nueve en los cerros para ir a buscar la extraviada? Y si logra encontrarla, yo les digo que esta les dará más alegría que las noventa y nueve que no se extraviaron. Pasa el mismo, donde el padre de ustedes, el Padre del Cielo: allá no quieren que se pierda ni tan solo uno de esos pequeñitos

Así que Gracias a esos que eligen la miseria, la ambición sin escrúpulos, el abuso del poder, la violencia, la anarquía, la coacción, la manipulación, la imposición y todos lo extremo de nuestra más oscura naturaleza; se despierta en muchos de nosotros la consciencia de cuestionarnos si eso es lo que queremos, si eso es lo que somos o si hay un intercambio diferente que nos lleve a otra relación más ecológica con los otros. 

Y aunque parecen historias lejanas, no lo están. También Gracias a los malos de nuestra historia familiar y personal, hemos elegido y seguimos sanando y reconociendo las heridas que llevamos. Por ejemplo, sin agradecer a el enésimo marido maltratador a lo mejor no llegaría la conciencia de esa mujer que dice: Basta!, sin asumir las pérdidas de tantos abortos, no sabríamos como mujeres lo que es darle valor a la vida; sin ver lo pesado de la ausencia del padre en la familia, seguiríamos evadiendo la vida con licor, drogas u otras vías; o sin aceptar a esos repudiados por razas, no podríamos asumir nuestra autenticidad sexual de manera sana. Y eso por mencionar solo unos cuantos.

El trabajo de reconciliarnos con los “malos” es ampliar nuestra mirada en voluntad, compasión y apertura, porque ellos también vivieron circunstancias y fueron humanos con todos sus matices, y no sabemos si en esos zapatos lo habríamos hecho igual o peor. A lo mejor la sociedad los juzga, así como nosotros hemos juzgado también a los malos de nuestra familia y a esa parte nuestra, llamada sombra; pero sin verlos, reconocerlos, aceptarlos e integrarlos, ¿Como pretendemos lograr el cambio?

Parafraseando a Howard Sasportas sobre nuestra capacidad de transformación, habla de que en las relaciones humanas, solo cuando somos capaces de ver a ese “niño rabioso” que no pudo satisfacer todo lo que quiso de chico y hacernos cargo de el, podremos incorporar nuestra sombra. A lo que complementa diciendo “Solamente si reconocemos y aceptamos <la bestia> que hay en nosotros tendremos la posibilidad de transformarla. No podemos cambiar algo que condenamos. El aspecto más oscuro de nuestra naturaleza debe ser traído a la luz antes de que podamos limpiarlo, regenerarlo o volver a nacer”

Entonces, Que sería de nosotros sin los malos? Es un llamado a ver nuestras sombras y ver a los excluidos de nuestro sistema familiar chequeando lo que si veo, por ejemplo si solo le rindo merito al éxito, como honro a los fracasados? Si juzgo a los asesinos, quienes fueron militares en mi familia? Si defiendo la  honestidad a capa y espada, quien murió por la mentira?  Si la fidelidad es lo único que existe, cuantas mujeres y hombres han quedado fuera de mi historia por no estar en papeles?
Entonces ya no se tratará de "culpas" sino de ver todo el bosque más extenso, ya que cada malo tendrá un lugar en nuestra Alma; un Alma, que busca experimentarse infinita, sin vacíos y cíclica (en lo que funciona y en lo que no). Así que Gracias a cada "malo" se nos permite integrar aquello que no terminamos de reconocer en ella: Partes de nosotros, de nuestra Familia, Comunidad o Vidas pasadas. 

La pregunta es, ¿Cuál será el bendito malo que te llevará a transformar tu historia? 

Quien quita, si respetando y honrando su lugar, su precio y su pertenencia, también haces lo mismo con tu propia sangre y destino; a lo mejor él/ella diría “yo como ustedes, hemos vivido los polos” y tú podrías decirle “Gracias a ti, yo también”. Puede que en el camino verdaderamente lo tomes y entonces la frase sería “Ahora que te veo completo, veo en realidad como es la vida, llena de dos caras. Por favor tomemos cada uno nuestro lugar, tu como grande cargando eso y yo como el ultimo que llego, abriéndome a lo nuevo”

Quien quita, que la bendición del malo te lleve a “Aprender de El/Ella a vivir la dualidad diferente”.


Lilian Rodríguez.
Coach, Terapeuta y Facilitador de procesos de Transformación .
@caminoancestral/ @lilianhoguaica
hoguaical@gmail.com